Compañeiros de la cocina, estamos en pleno invierno y con un frío que pela ¿Qué es lo que apetece en estas noches gélidas? Como NO diría Mafalda: Sopa de verduras bien calentita que aporte calor al cuerpo, un gran plato de cuchara. Con este tiempo el cuerpo nos pide sopas y es lo que toca cocinar, hace poco os presentaba dos de mis preferidas: sopa de cebolla (http://www.recetasderechupete.com/receta‐tradicional‐de‐sopa‐de‐cebolla/2430/) y las sopas de ajo o sopa castellana (http://www.recetasderechupete.com/receta‐tradicional‐de‐sopas‐de‐ajo‐o‐sopa‐castellana/2431/) . La de hoy es una de las más sanas, nutritivas, con múltiples propiedades que la convierten en imprescindible en cualquiera de los meses del año y en la mejor solución para los días más frioleros de este Enero que viene frío frío. Próximamente os presentaré mi receta de sopa de pescado y otra de marisco, no hace falta que os diga que están de rechupete.
Recuerdo estar ajunto a la cocina de leña muy pegado para aprovechar el calor con una taza de latón bien llena de sopa entre las manos, sólo pensarlo y ya me entra calor al cuerpo. Las verduras que incluía mi abuela en la sopa juliana solían ser las de la huerta, en este caso he añadido alguna otra más. Aunque os aconsejo esta receta, poned las que más os gusten y preparad vuestra sopa de verduras favorita, a vuestro gusto. Os dejo con esta confortable sopa que merece un lugar en vuestro menú semanal de invierno, espero que la disfrutéis.
PREPARACIÓN DE LA SOPA DE VERDURAS:
Lavamos muy bien todas las verduras que vamos a emplear en esta sopa, en este caso: cebolla, zanahorias,
nabo, puerro, apio, repollo blanco y tomate. Tal como os decía en la introducción podéis emplear aquellas
que más os gusten, a esta receta le va muy bien la calabaza, coliflor, unas chalotas, judías, una ramita de
hinojo para los más atrevidos/as, hasta unos grelos o col rizada… Emplead siempre verduras de temporada y
aunque sea una sopa aconsejada para el invierno la podéis tomar durante todo el año.
Cortamos todas las verduras excepto el tomate en juliana fina, es fundamental que sea fina para que a la hora
de la cocción todo se haga antes, si tenéis tiempo y la queréis con trozos más gruesos sólo tenéis que ir
probando la sopa hasta que esté a vuestro gusto. Para aquellos que no sepais que es el corte en “juliana” os
diré que consiste en cortar las verduras en tiras alargadas y muy finas, de forma que es fundamental un buena
tabla de cortar, un cuchillo afilado y que quede todo más o menos con el mismo tamaño. Tambien podemos
llamar a este tipo de corte “en gajos” o “medias lunas” por la forma resultante sobre todo cuando hablamos
de cebollas o verduras redonditas. Reservamos todas las verduras en un bol.
Lavamos y picamos el perejil. Reservamos.
Pelamos y fileteamos los ajos, no es necesario que sean muy finos. El ajo debe dar olor y también
proporcionar la emulsión entre el pimentón dulce, el agua y el aceite para que la sopa sea excelente.
Reservamos en un cuenco.
Lavamos y cortamos en dados el tomate.
Elegimos una cazuela grande, calentamos el aceite en el fondo e introducimos el ajo. Salteamos hasta que
comiencen a coger un color dorado (pero cuidado que no se arrebaten). Removemos con una cuchara de
madera de manera envolvente hasta juntar bien los sabores durante unos segundos sin dejar que se llegue a
quemar.
Cuando los ajos tengan un color miel tostado espolvoreamos con el pimentón dulce, a mí me gusta así
aunque mucha gente lo hace con pimentón picante, todo depende del cocinero/a. El pimentón cumple una
doble función: da ese color cálido al caldo y además proporciona aroma. Es importante hacerlo con la
cazuela fuera del fuego para evitar que el pimentón se queme y que todo quede con un desagradable sabor
amargo que nos fastidiaría la sopa.
Removemos todo bien y que se junte el aceite con los ajos y el pimentón. Volvemos a colocar la cazuela al
fuego, siempre a fuego bajito para que se haga poco a poco, añadimos todas las verduras que hemos cortado
en juliana, el tomate en dados y el perejil picado. Rehogamos todo durante 2‐3 minutos más. Agregamos el
agua. Cocemos a fuego moderado durante unos 30 minutos, con la cazuela semitapada, en ese tiempo no
hace falta remover la sopa.
Añadimos sal, pimienta negra recién molida y un toque de nuez moscada rallada, sólo al final de la cocción
de la sopa.
Servimos super caliente en un cuenco o plato hondo con un poco de cilantro picado y un chorrito de buen
aceite de oliva virgen extra (http://www.iloveaceite.com/) a modo de decoración. ¡Y que aproveche!
Se hacen muy rápidas y su elaboración es super sencilla.